El año pasado, exactamente el 12 de marzo, Envigado sentenció la suerte de Arturo Reyes en Junior al derrotarlo 2-1 en Barranquilla. Dos días después se hizo oficial la salida del samario de la dirección técnica del equipo tiburón.

El sábado anterior, Envigado volvió a visitar a Junior, le empató 1-1 (iba ganándole 1-0) y comprometió seriamente sus posibilidades de clasificar a los cuadrangulares semifinales de la Liga Colombiana.

Aunque Junior se mantiene dentro del grupo de los ocho (es séptimo con 25 puntos), su calendario es uno de los más complicados entre los equipos que aspiran a clasificar. Le toca visitar a Millonarios, con todo el sufrimiento que implica para los rojiblancos jugar en la altura. Luego recibirá a Once Caldas y cerrará contra Deportivo Cali, en el estadio de Palmaseca.

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Y en medio de todo eso, el 23 de abril, jugará un partido crucial para seguir avanzando en la Copa Libertadores contra Liga de Quito, en Barranquilla.

La situación de Junior es muy similar a la del año pasado cuando faltaban tres fechas para terminar todos contra todos y estaba por fuera del grupo de los ocho. Necesitaba hacer 9 puntos de 9 contra los eliminados Once Caldas, Pereira y Huila. En ese entonces venía de perder con Millonarios (1-0) y luego de ese partido el técnico Arturo Reyes manifestó que ganando los tres partidos que restaban el equipo clasificaría sin problemas.

Así fue. Junior hizo los nueve puntos y, con 30, se clasificó en sexto lugar. La diferencia, esta vez, es que dos de sus rivales pelean por clasificar (Millos y Once Caldas) y el restante (Cali), aunque está en crisis, aspira a sumar puntos para alejarse del descenso.

Reyes ha repetido varias veces que cuando las cosas se ponen difíciles es cuando más confía en sus jugadores porque tienen la calidad y la entereza para salir adelante, como lo hicieron el año pasado para clasificar a los cuadrangulares, después a la final y luego coronarse campeones cuando nadie daba un peso por ellos.

El pensamiento casi unánime es que el rendimiento de Junior en la Liga no ha estado acorde a la inversión que se hizo. El séptimo lugar actual y las afugias para lograr la clasificación no era lo que pretendían los dueños cuando se sentaron con el técnico para armar la nómina para este año.

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Derrotas inexplicables ante equipos ascendidos (Fortaleza y Patriotas), vergonzosas (Santa Fe y América), los dos puntos perdidos ante el peor Atlético Nacional de los últimos años, más la derrota en casa con Tolima, han generado inconformismo y han sido, precisamente, causantes de que a esta altura Junior no esté clasificado, como era la idea de Reyes y sus dirigidos para enfocarse en la Copa Libertadores.

No clasificar a los cuadrangulares de la Liga sería un fracaso mayúsculo para Junior y un duro revés para Arturo Reyes, a quien ni la conquista del título le ha alcanzado para gozar de la aceptación total de la hinchada rojiblanca.